lunes, 10 de junio de 2013

El Espejo


Cristian casi no vio a la señora en el auto parado al costado de la carretera. Llovia fuerte y era de noche. Pero se dio cuenta que ella necesitaba de ayuda...

Así, paro su auto y se acercó. El auto de la señora olía a tinta, de tan nuevo. La señora penso que pudiera ser un asaltante. Él no inspiraba confianza, parecía pobre y hambriento.

Cristian percibió que ella tenia mucho miedo y le dijo:

"Estoy aqui para ayudarla madame, no se preocupe. ¿Porque no espera en el auto que esta mas calentito? A proposito, mi nombre es cristian"

Bueno, lo que pasaba es que ella tenia una llanta pinchada y para colmo era una señora de edad avanzada, algo bastante incomodo. Cristian se agachó, colocó el gato mecanico y levanto el auto. Luego, ya estaba cambiando la llanta pero quedo un poco sucio y con una herida en una de las manos...

Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrío la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso allí y que no sabia como agradecer por la preciosa ayuda. Cristian apenas sonrió mientras se levantaba.

Ella preguntó cuanto le debía. Ya había imaginado todas las cosas terribles que podrían haber pasado si Cristian no hubiese parado para socorrerla. Cristian no pensaba en dinero, le gustaba ayudar alas personas...

Este fue su modo de vivir. Y respondió:

"Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que encontrase a alguien que precise ayuda, déle a esa persona la ayuda que ella precise y acuérdese de mi..."

Algunos kilometros después, la señora se detuvo en un pequeño restaurant, la camarera vino hasta ella y le trajo una toalla limpia para que secase su mojado cabello y le dirigió una dulce sonrisa.

La señora notó que la camarera estaba con casi ocho meses de embarazo, pero la misma no dejó que la tensión y los dolores le cambiaran su actitud...

La señora quedo curiosa en saber como alguien que teniendo tan poco, podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordo de Cristian. Después que terminó su comida y mientras la camarera buscaba cambio, la señora se retiró...

Cuando la camarera volvió se preguntó donde la señora pudo haber ido, cuando noto algo escrito en la servilleta sobre la cual habia varios billetes de 100 dolares.

Le cayeron las lagrimas de sus ojos cuando leyo lo que la señora escribió. Decía:

"Tu no me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudo hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Si tu realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este circulo de amor termine contigo, ayuda a alguien..."

Aquella noche, cuando fue a casa, se acostó en la cama cansada, su marido ya estaba durmiendo y ella quedo pensando en el dinero y en lo que la señora dejo escrito...

¿Como puede esa señora saber cuánto ella y el marido precisaban de aquel dinero? Con el bebe que estaba por nacer el proximo mes, todo estaba dificil...

Quedo pensando en la bendición que habia recibido y dio una gran sonrisa... Agradeció a Dios y se volvio hacia su preocupado marido que dormía a su lado, le dió un beso suave y susurró:

-"Todo va a estar bien; te amo... Cristian!.