jueves, 19 de septiembre de 2013

Billetes del Cielo

HABÍA UNA VEZ ....un niño llamado Juan, que estaba internado en un hospital, atacado de una enfermedad muy grave y rara. Los médicos habían intentado todo lo que estaba a su alcance, pero los resultados eran negativos.
Juan estaba muy triste, pues no sabía que pasaría con él.. Pero un día tuvo una visita muy especial. !! Un payaso !!
-¿Cómo se te ocurre, estar ahí parado, sin hacer nada por tu vida ?
- ¿No te hablaron del cielo de los niños enfermos ? dijo el visitante.
Juan negó con la cabeza.
- Es el mejor lugar que te puedas imaginar. Dicen que es la forma de
compensar a los niños que han estado enfermos. Pero para poder entrar hay una condición.
- ¿ Cual ? se interesó Juan.
- No puedes morirte hasta llenar el saco. Sentenció el payaso.
- ¿ Que saco ?
- Sí, es un saco grande y gris como éste. Tienes suerte que tuviera uno aquí. Tienes que llenarlo con billetes, para compra tu entrada.
- ¿ Billetes ? yo no tengo dinero.
- No son billetes normales, son especiales:" billetes de buenas obras."
En un papelito debes escribir cada cosa buena que hagas. Por la noche viene un ángel, revisa los papelitos y cambia los que sean buenos por auténticos billetes del cielo.
- ¿ De verdad ?
- Pues claro. Pero date prisa en llenar el saco. Esta es una única oportunidad.


El payaso se fue de prisa. Juan quedó pensando lo que su nuevo amigo le había propuesto. No tenía nada que perder con probar. Empezó ese mismo día. Cuando llegó su mamá a visitarlo, la recibió con la mejor de las sonrisas e hizo un esfuerzo por estar más alegre que de costumbre, pués sabía que eso haría feliz a su madre. Cuando estuvo sólo, escribió" hoy sonreí para mamá y lo echó en el saco.
Apenas despertó a la mañana siguiente, corrió al saco !! Allí estaba!! !! Un auténtico billete del cielo.!!Tenía un aspecto tan mágico y maravilloso !! Juan se lleno de ILUSIÓN Y ESPERANZA.
Se preocupó durante todo el día de hacer todo aquello que alegraba a los doctores y enfermeras . Se llegó a otros enfermos para ayudarlos. Incluso contó chistes a su hermanito y ! hasta tomó los libros para estudiar un poquito!. Por cada una de aquellas cosas, echo un papelito en el saco. Y así todos los días.


Cada mañana al despertarse, era su ilusión contar cuántos billetes del cielo nuevos había. También se dió cuenta que no se podía hacer trampas, porque el ángel revisaba muy bien los papelitos. Juan se veía obligado a seguir haciendo obras de bien, a toda velocidad, si quería llenar el saco. Se había convertido en el niño más querido y alegre del hospital. No alcanzó a llenar el saco... pero nadie sabe como SE CURO ENTERAMENTE.


Unos decían que un matrimonio de ancianos millonarios, a quien Juan había ayudado, le pagaron un costosísimo tratamiento experimental, otros que Dios lo había compensado por las buenas obras, otros que al olvidarse de sí mismo y hacer el bien había recibido la curación.
El caso es que todos decían la verdad. Porque el payaso, había visto muchas veces, que sólo había que poner un poquito de ILUSIÓN Y ESPERANZA cada noche en el saco gris, para cambiar una vida que se apaga, en los mejores días de una vida , durase lo que durase.